Lesiones pancreáticas
¿Qué es el páncreas y para qué lo utilizamos?
El páncras es un órgano que se comparte entre el aparato digestivo y el sistema endocrino. Esta situado en el centro del abdomen, tras el estómago y rodeado parcialmente por el intestino delgado.
El páncreas es uno de los pocos órganos que tienen dos funciones muy diferenciadas, que pertenecen a dos sistemas distintos: digestivo y el endocrino.
En cuanto al aparato digestivo el páncreas es necesario para realizar la digestión de los alimentos gracias a la producción de las llamadas enzimas pancreáticas. Estos compuestos actuan separando los alimentos en sus compuestos más básicos para que puedan ser absorbidos por el cuerpo. Así las tripsinas nos ayudarán a digerir las proteinas, las amilasas intervienen en la digestión de los azúcares y las lipasas de las grasas.
En cuanto a su función endocrina, el páncreas es el órgano que se encarga de la producción de dos hormonas vitales para la regulación de azúcar en sangre, la insulina y el glucagón.
Tipos de lesiones pancreáticas
Lesiones sólidas (LSP)
Son grupos de celulas que se reproducen creando una masa dentro del páncreas. Al ser sólidas son capaces de comprimir con facilidad estructuras adyacentes como venas o el conducto pancreático. Por suerte no es habitual encontrar una lesión sólida en el páncreas. Las dos más frecuentes son el adenocarcinoma de páncreas, con un peor pronóstico y los tumores neuroendocrinos, que tienden a tener un comportamiento menos agresivo.
Estas lesiones requieren un manejo multidisciplinar con el trabajo coordinado de médicos gastroenterólogos, pancreatólogos, endoscopistas, radiólogos y cirujanos de páncreas.
Lesiones Quísticas
Son las lesiones más habituales en el páncreas, encontrándose de forma incidental entre 3 y el 19% de las pruebas radiológicas de abdomen (pedidas por otros motivos). Los quistes son sacos con contenido líquido en su interior, envueltos por una cápsula fibrosa o celular.
Ecoendoscopia diagnóstica
La ecoendoscopia diagnostica es una de las pruebas preferidas por los gastroenterólogos y más concreatamente por los especialistas en pancreatología para realizar una minuciosa inspección del páncreas. Consiste en la intruducir un endoscopio con un ecógrafo de alta resolución incluido, a través de la boca y permite estudiar todas las porciones del páncreas y en caso de que sea necesario, tomar una muestra mediante una punción mínimamente invasiva.
Tiempo procedimiento
30-45 minutos
Anestesia Sedación
Profunda
Hospitalización
No
Recuperación
Rápida: 1-2 horas
Preguntas frecuentes
En el caso de que se trate de una ecoendoscopia alta, para valorar por ejemplo la pared del estómago, el páncreas, la vesícula o los conductos biliares la preparación y el inicio de la prueba son los mismos, pues son pruebas que requieren ayunas, se realizan con sedación y el orificio por el que se introduce el endoscopio es la boca.
Ahora empiezan las diferencias: En la ecoendoscopia el «tubo» que se introduce tiene una ecógrafo de alta definición en la punta, además de una cámara para poder navegar por el tubo digestivo (similar a la de el gastroscopio) . Esto hace que el instrumental sea más complejo y algo más dificil para maniobrar. Con esa sonda de ecografía podemos valorar no solo la superficie del tubo digestivo, sino también todo aquello que lo rodea, como las paredes del esófago, el estómago y el duodeno, o estructuras cercanas: ganglios, el hígado, la vesícula o el páncreas. La exploración por tanto es más prolongada ya que el campo de acción se aumenta significativamente. Además, en el caso de que se use un ecoendoscopio lineal, se puede tomar muestra por punción de cualquier estructura de las anteriormente mencionadas.
El seguimento de estas lesiones lo realiza un especialista en Aparato digestivo, con conocimientos de pancreatología
Lo más habitual es que las revisiones incluyan al menos una prueba de imagen (ecografía, TAC/escáner, Ecoendoscopia o Resonancia magnética) y en ocasiones también unos análisis de sangre (A veces también de heces).
El intervalo en el que se hacen estas revisiones variará en función del tipo de lesión inicialmente y de las características de estas y si ha habido cambios en las últimas revisiones. Lo más frecuente es realizar un control al año, que en ocasiones podemos ir espaciando en el tiempo si vemos que todo permanece sin cambios.
¡Por suerte no! La mayoria de las lesiones de páncreas son quistes, y éstos en general son menos problemáticos: En la mayoría de los casos o no tienen potenical maligno o éste es bajo.
En el caso de las lesiones sólidas, en la mayoría de los casos hay que realizar un estudio para caracterizarlas bien, su tamaño, comportamento, captación de contraste en pruebas radiológicas, la elastografía, nos ayudarán a saber a qué tipo de lesión nos enfrentamos para proponer el tratamiento más adecuado. En algunos casos es preciso realizar una punción mediante ecoendoscopia para poder analizar las células de la lesión y tener mayor precisión diagnóstica.
Si con curar nos referimos a desaparecer, depende del tipo de quiste. Como hemos explicado previamente, los quistes se dividen en varios tipos, según su origen. Los pseuodequistes, aquellos que aparecen tras una pancreatitis aguda, si pueden desaparecer. En los demás casos, lo habitual es que permanezcan estables y no crezcan ni desaparezcan. En cualquier caso, estos quistes si que los vigilaremos periódicamente para valorar posibles cambios, en su tamaño o en sus características, que nos indiquen que el quiste esta evolucionando y requieran un tratamiento específico.
El origen de la mayoría de los quistes es desconocido. Se trata de lesiones que aparecen en el páncreas a lo largo de la vida y en muchos casos sin conocerse un desencadenante ni un factor de riesgo asociado. El único tipo en el que en general sabemos la causa de la formación del quiste es en el pseuodquiste, que se origina tras un proceso inflamatorio del páncreas. Lo más habitual es que aparezca tras una pancreatitis aguda.